GUERRA CIVIL EN TOMELLOSO

España estaba dividida en dos bandos: el bando republicano y el bando nacional.

En Tomelloso no hubo bombardeos; por la lejanía del frente y por la influencia del alcohol de las bodegas. Pero la mayor parte de los hombres tuvieron que ir forzados al frente.

Desfile de las tropas nacionales en la Plaza de España de Tomelloso en 1939.

En esta zona, se instaló un campo de aviación en la Vereda de Socuéllamos. Disponían de hangares y casas pertenecientes al Ejército Ruso; donde paraban a repostar y marchar hacia el combate en distintos puntos de España.

Durante la guerra, en Tomelloso hubo numerosas venganzas personales, fusilamientos… Por ejemplo, ejecutaron al Párroco Don Vicente Borrell  en la esquina del cementerio, con el fin de acabar con la Iglesia. 

En 1938, el problema aumentó. Muchas personas no tenían los productos básicos para sobrevivir, por lo que el Ayuntamiento destinó 60.000 pesetas para los más necesitados. Los productos como el pan, el trigo, la carne y la leche, se racionaron mediante cupones por la Conserjería de Beneficencia, Sanidad y Abastos.



En abril de 1939, al finalizar la contienda, se produjo una transición política en el Ayuntamiento, dando paso los republicanos a los nacionales, los triunfadores de la guerra. Luis Jiménez entregó su bastón a Fermín Zancada. 

Ex alcalde Luis Jiménez (repúblicano)
Ex alcalde Fermín Zancada (nacional)





















Al tomar Franco el poder de la Jefatura del Estado, la Benemérita y elementos de la Falange Española, detuvieron y mandaron asesinar a numerosos izquierdistas, siendo fusilados en el Cementerio de Alcázar de San Juan. Entre ellos estaban los ex alcaldes Manuel Claramonte y Celedonio Muñoz; y el padre de Eladio Cabañero, Constantino Losa entre otros.

Ex alcalde Celedonio Muñoz.

Al concluir la guerra, se realizó un gran desfile de las Fuerzas Nacionales en la Plaza de España, acogido por miles de personas, expectantes por el nuevo régimen y lemas colgados de los balcones del Ayuntamiento, presidido por Fermín Zancada.

Desfile de las tropas nacionales en Tomelloso, en 1939.

Llegada de las tropas nacionales a la Plaza de España de Tomelloso, en 1939.

Además se levantó la Cruz de los Caídos, en la calle Doña Crisanta, conocido como la Cruz Verde, en el que aparecía el nombre de los caídos del Bando Nacional. 
Cruz de los caidos en la Calle Doña Crisanta en 1965.


Por otro lado, se cambió el nombre a las calles relacionado con el nuevo Régimen político, como Generalísimo Franco, a la calle Socuéllamos; José Antonio, a la calle Campo; y General Mola a la calle Nueva.

Calle Generalísimo Franco en 1956, actualmente Calle Socuellamos.
Calle José Antonio en 1950, actualmente Calle Campo.
Calle General Mola en 1950, actualmente Calle Nueva.

La posguerra fue muy dura, debido al hambre, la pérdida de los tomelloseros por la contienda, los fusilamientos, los asesinatos, encarcelamiento y  hombres en campos de concentración.
Al acabar la guerra, hubo una profunda crisis económica, por la pérdida de campos como por la carencia casi total de productos alimenticios y la pérdida de valor de la peseta por la nueva emisión del dinero.

Nave tinajas de la bodega de peinado en 1939.
Mucha gente lo recuerda como “Años del hambre”Como Cándida Perona “Lanillas” contaba: 

En las tiendas de comestibles, en las carnicerías, en los hornos de pan, las droguerías, donde solíamos comprar, no despachaban de nada y la mayor parte de ellas permanecían cerradas. A primeros de mes, sólo se notaba un poco de movimiento, cuando controlaban mediante las cartillas de racionamiento, distinguida por varios cupones: como “vale por pan, arroz, azúcar, aceite, lentejas, judías, leche en polvo, pan de maíz, de cebada y centeno…” y si había suerte, podías disfrutar de algún “vale de carne, balacao” y hasta “vale de tabaco para los hombres”, todo en porciones muy pequeñas y sin ningún tipo de salubridad

Cartillas de racionamiento en 1951, validas por carne, pan, grasas...
Las personas caían muertas en la calle por la desnutrición, otros se comían las cabezas de las sardinas, las cáscaras de naranja y patata tiradas por el suelo.
Surgió el estraperlo para poder sobrevivir, es decir, un comercio oculto e ilegal donde se intercambiaban directamente bienes y servicios (alimentos, medicina, materias primas y agrícolas), sin dinero, ya que no existía la normal circulación del dinero.

La suerte vino en 1947, ”año grande” por las inmensas lluvias que proporcionaron la mayor cosecha de la historia, acabando así con el hambre y el estraperlo.

Riada en 1947.




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